Para ser salvo, declara en voz audible y con un corazón dispuesto, lo siguiente:
Señor JESÚS, hoy me acerco a ti reconociendo que he pecado y que necesito tu perdón.
Creo y confieso que eres el Hijo de DIOS, que me amas profundamente y que tienes un propósito eterno para mí. Creo que moriste en la cruz para perdonar mis pecados y que resucitaste para darme salvación. Por eso, hoy me arrepiento sinceramente de todos los pecados que he cometido hasta hoy y renuncio a mi antigua manera de vivir.
Con fe, recibo el regalo de mi salvación, abro las puertas de mi corazón y te invito a ser mi Señor y Salvador para siempre. Te entrego mi vida, mis pensamientos, mis acciones y mi futuro.
Lléname, por favor, con tu Espíritu Santo, purifícame y transfórmame conforme a tu voluntad.
Aviva mi ser y cúbreme con tu paz, sabiduría y gracia, para que pueda vivir según tus enseñanzas.
Ayúdame a caminar en tu luz, a dar fruto y a compartir tu amor con otros.
Declaro que a partir de hoy soy hijo de DIOS, soy salvo, perdonado, declarado santo, justo, templo del Espíritu Santo, amado, bendecido y que tengo vida eterna en el Nombre de JESÚS.
Amén.
Gracias, Señor Jesús.
¡Felicidades! ¡Bienvenido a la familia de DIOS!