La Niñez
En el principio, DIOS realmente amaba la libertad de su creación, y en esa creación, ¡estabas tú!, desde la pureza de tu nacimiento, hasta cada uno de tus primeros pasos comenzaste una danza en su presencia.
ÉL Señor te hizo a su imagen y semejanza, te colocó en un jardín de deleites y te llenó de la plenitud de su gozo.
Pero la desobediencia te hizo olvidar su gran amor y te separaste de DIOS por un tiempo, pero debes saber que el corazón de DIOS nunca cambió, porque Él sigue siendo fiel, sigue amándote incondicionalmente, esperando tu regreso. Jesús comenzó en ti la buena obra y la perfeccionará cada día de tu vida.
La Adolescencia
Exploraste tu entorno con una mochila y una cacerola llena de sueños, frustraciones, risas descontroladas, soledad, miedos y alegrías.
Escogiste tus mejores zapatos y te escapaste, buscando un lugar a donde tu alma pudiera respirar algo diferente, hasta que, el camino se hizo pesado, con el barro de la incertidumbre pegado en cada paso. Te sentiste solo en medio de multitudes.
Pero un día, DIOS te encontró y te abrazó, llenándote de paz y te dijo:
—No te desencantes por un futuro que aún no llega, ni cargues ansiedades ajenas, despega el barro de tus zapatos y avanza, porque, Yo Soy, quien te enseña a darle sabor y propósito a tu vida. Confía en mí, pues te conozco más de lo que piensas y tengo planes de bienestar. Déjame guiarte hacia el verdadero camino.
La Adultez:
¿Recuerdas cuándo dejaste de soñar? ¿Acaso sientes que ya pasó tu momento de brillar?
Tu peldaño cumbre aún no ha terminado, ¡no te detengas! No te estanques en el desierto de lo que pudo ser, ni te enfrasques en lo que crees que no lograste. Hoy es tiempo de definir tu nuevo presente, con nuevas experiencias y sabiduría, porque tu llamado inicia en el fundamento real de tu vida: en el Camino, la Verdad y la Vida que te presenta el Señor Jesús. Él sabe que tus botas se han desgastado y que es hora de cambiar el calzado para renovar tus fuerzas, derrotar tu orgullo y recibir la unción del Espíritu Santo. Él es el único que puede transformar tu mente hacia lo verdadero, para derribar cualquier pensamiento que no se alinee con su propósito para ti.
Dentro de tu verdadera identidad, puedes avanzar para descubrir que todo obra para tu bien, porque fuiste creado para buenas obras.
Eres linaje escogido para anunciar sus virtudes, y tu carrera, sin duda, terminará en el cielo.
