Mente Bloqueada



¿Alguna vez has sentido que tus ideas están desordenadas y tu creatividad está en "chanclas" y merodeando desde lejos? Pues así me he sentido varias veces. Soy una mujer cristiana que se supone que debería tener fe y convicciones claras, pero he enfrentado momentos en los que parece que mi mente se estanca en puras bobadas. Especialmente cuando los desafíos de la vida no se dejan conducir a donde yo quiero que vayan e intentan oprimirme con desesperación y fatiga; desafíos como el desempleo, los achaques y las tentaciones, en los que me he rendido fácilmente, dejando que la monotonía se convierta en un gran peso invisible que ya no quiero seguir cargando.


Un día, escuché que el pueblo de Israel, tras su liberación de Egipto, pudo haber llegado a la Tierra Prometida en tan solo once días. Sin embargo, a causa de su duda, queja y desobediencia, tal como se relata en Deuteronomio 1:2-3, tuvieron que vagar por el desierto durante cuarenta años. Esta historia me recuerda que la espera y las dificultades son a menudo parte de nuestro propio viaje. Pero también me enseña que puedo encontrar fortaleza en Dios para alcanzar la 'tierra' que DIOS anhela para mí y para mi familia. 


Definitivamente, la fe es esa certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no podemos ver, como nos enseña Hebreos 11:1, y tengo la certeza de que pronto saldré de este 'desierto'. Gracias a cada aprendizaje en el camino, ya no seré la misma, porque he cultivado la sabiduría que me permitirá aprovechar al máximo mi propia tierra prometida y disfrutarla plenamente junto a mis seres amados.


Mi hermano ha sido siempre un modelo de dedicación, voluntad y determinación, desde muy joven, su disciplina y esfuerzo como deportista de alto rendimiento le han permitido superar cada desafío y alcanzar sus metas. Esto me ha enseñado que el ejercicio físico no solo fortalece el cuerpo, sino que también activa la mente, mejora el ánimo y agudiza la claridad mental.


La Biblia refuerza la importancia de la disciplina, valentía y fortaleza, destacando el cuidado integral del cuerpo, la mente y, crucialmente, del espíritu, además una gran verdad es que la verdadera fuerza proviene del Señor y al poner mi fe en acción, reconozco mi capacidad para lograr grandes cosas a causa de Su Santo nombre, así que la fortaleza de una mujer no reside únicamente en su físico, sino en su carácter, su fe en Dios, su sabiduría, dignidad y su capacidad de amar con ternura y compasión.


Recuerdo una ocasión en un parque donde, tras una larga caminata, nuestra mascota intentó beber de un charco sucio. La detuvimos tres veces y ella obedeció. Al final, le dimos agua fresca que bebió con mucha alegría. Esto me hizo reflexionar que cuando Dios nos dice "NO" o detiene una situación, es porque tiene algo mejor y más conveniente preparado para nosotros. 


Nuestro mayor anhelo se satisface en la comunión y el amor de Dios.


Aunque no siempre me siento tan fuerte o valiente como desearía, sé que Cristo vive en mí, y es en ÉL donde encuentro la fuerza para enfrentar cada nuevo día. 


Te animo a buscar en tu Biblia: Filipenses 4:11-13 e Isaías 40:28-31.


AUTOR: DIATHY EN ÉL CAMINO